Lo que se conoce de Jesús depende casi absolutamente[3] de la tradición cristiana, especialmente de la utilizada para la composición de los evangelios sinópticos, redactados, según opinión mayoritaria, unos 30 ó 40 años, como mínimo, después de su muerte. La mayoría de los estudiosos considera que mediante el estudio de los evangelios es posible reconstruir tradiciones que se remontan a contemporáneos de Jesús, aunque existen grandes discrepancias entre los investigadores en cuanto a los métodos de análisis de los textos y las conclusiones que de ellos pueden extraerse. Existe una minoría que niega la existencia histórica de Jesús de Nazaret.[1]
Nacimiento e infancia
Bautismo y tentaciones
La llegada de Jesús fue profetizada por Juan el Bautista (su primo según el Evangelio según San Lucas),[14] por quien Jesús fue bautizado en el río Jordán.[15] Durante el bautismo, el Espíritu de Dios, en forma de paloma, descendió sobre Jesús, y se escuchó la voz de Dios.[16]
Según los sinópticos, el Espíritu condujo a Jesús al desierto, donde ayunó durante cuarenta días y superó las tentaciones a las que fue sometido por el Demonio.[17] No se menciona este episodio en el Evangelio según San Juan. Después Jesús marchó a Galilea, se estableció en Cafarnaún,[18] y comenzó a predicar la llegada del Reino de Dios.[19]
Milagros
Según los evangelios, durante su ministerio Jesús realizó varios milagros. En total, en los cuatro evangelios canónicos se narran veintisiete milagros, de los cuales catorce son curaciones de distintas enfermedades, cinco exorcismos, tres resurrecciones, dos prodigios de tipo natural y tres signos extraordinarios.
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